
La juramentacion de Pedro Francke y Aníbal Torres, en los ministerios de Economía y Justicia respectivamente el 30 de julio, completa el gabinete incompleto presidido por Guido Bellido que juramentó casi al terminar el jueves 29. Eso se produjo 24 horas después de la configuración de la primera crisis política en el gobierno del presidente Pedro Castillo.
La crisis política estalló con la designación de Guido Bellido como Presidente del Consejo de Ministros (PCM), dirigente de Perú Libre impuesto por Vladimir Cerrón ante el descarte de la propuesta de Najar. Las razones de la crisis son ya conocidas: Bellido, en abril pasado, le rindió «homenaje» a Edith Lagos y dijo que los senderistas «tomaron» un camino «equivocado». No deslindó con el fundamentalismo y terrorismo senderista.
A ello se sumó que no considera a Cuba una dictadura y llama al fenecido Fidel Castro su «comandante». O sea,.es un castrista. Además de una abierta homofobia, misóginia y ser un cerronista incondicional. En ese sentido, su designación colisionaba con el mensaje moderado que Pedro Castillo había dado en el Congreso el 28 de julio.
Fue una crisis política interna que expresó las tensiones entre el discurso a la Nación de Pedro Castillo y la imposición de un premier radical y sectario por Vladimir Cerrón. Esa crisis provocó que, el viernes 29, varios miembros del gabinete se negaran a juramentar y, finalmente, tras tres horas, juramente un gabinete incompleto. No juramentó el ministro de Economía y de Justicia.
Desde esa perspectiva, ¿Qué significa la designación y juramentacion de Pedro Francke como ministro de Economía, quien había sido duramente cuestionado y bloqueado por Cerrón y Bellido? Es un duro golpe a esa dupla que encarnan un marxismo leninismo mariateguismo ecléctico e indigerible (no viable) y conservador.
El mensaje con el que juramentó Francke fue en una dirección de choque : «Por un avance sostenido hacia el buen vivir, con igualdad de oportunidades sin distinción de género, identidad etnica u orientación sexual. Por la democracia y la conversación nacional», dijo. El mensaje era un abierto deslinde con las posiciones radicales, trasnochadas y machistas de la dupla Cerrón y Bellido.
Interpretado de otra manera: era un triunfo de Pedro Castillo, que regresaba a su mensaje moderado del 28 de julio y, por consiguiente, una derrota de Cerrón, el que no oculta ser dueño de Perú Libre. Era, también, una derrota de la línea estatista, expropiadora y conservadora que encarna Cerrón y su programa (Ideario), que presionaba por su ejecución hasta hace poco.
Pero eso no fue todo. El sábado 31, a través de su cuenta de Twitter, Pedro Francke sostuvo una posición igualmente de choque con la franquicia cerronista de Perú Libre. «Desde el gabinete defenderemos la necesidad de tener una separación clara entre el gobierno y el partido… siempre que la apuesta sea concertar y fortalecer la democracia».
El mensaje de Francke anunciaba una «separación clara» del gobierno de Castillo y la cupula que lidera Cerrón, que lo había ofrecido a lo largo de la segunda vuelta. La razón: el gobierno de Castillo, a través de Francke, volvía apostar por la democracia y, sobre todo, la concertación con otras fuerzas políticas de centro. Y para ello, como ocurrió en las negociaciones de la Mesa Directiva del Congreso, Cerrón y sus congresistas son un obstáculo.
Ese mensaje separación entre gobierno y partido de Pedro Francke, obviamente avalado por Pedro Castillo, se produjo al día siguiente que el premier Guido Bellido a través de cuenta de Twitter le expresó su apoyo: «Eco. Pedro Francke tiene todo nuestro respaldo para la aplicación de la política de estabilidad expresada en el plan de Bicentenario sin corrupción en el país. Trabajaremos en conjunto y unidad por la patria», escribió.
A contrapelo del mensaje de Bellido, los dos mensajes del ministro de Economía han sido de abierto deslinde con lo que representa Cerrón y su principal operador en el gabinete: un marxismo dogmático que no deslinda con SL y machista que está en flagrante contradicción con el mensaje del presidente Pedro Castillo. Y, sobre todo, de separar a Perú Libre de Cerrón del gobierno, hoy convertido en un clamor de la mayoría de las bases que apoyaron a Castillo. concordancia .
¿Logró su objetivo Guido Bellido?
No, al interior del gabinete, no lo logró. Es más, las posiciones estarián en disenso y bifurcación. Sin embargo, aunque es inocultable Bellido lo pretende relativizar. Igualmente, busca atemperar las aguas en su contra en la mayoría de sectores políticos de centro y las derechas mafiosas que han expresado o dejado entrever que no le darán la confianza al gabinete que preside.
Para ello publicó un comunicado. Ahí empieza agradeciendo al presidente Pedro Castillo, y estrena un discurso diferente al que lo tuvo: «Me dirijo al país para ratificar mi más firme compromiso con la democracia, la gobernabilidad y los derechos humanos. Rechazo categóricamente toda forma de violencia y de terrorismo en todos sus extremos», reza el texto.
¿Evitará ese mensaje en el que se compromete con la gobernabilidad, la democracia y los derechos humanos la censura del gabinete que preside? ¿Evitará ese mensaje ser estigmatizado de ser un gobierno «comunista» que Keiko Fujimori le endilga desde la segunda vuelta y que ahora parece darle la razón su nombramiento en el premierato? Es poco probable que el gabinete se pueda salvar de la censura en el Congreso o, peor aún, como ya se esgrime en la coalición mafiosa y golpista, la vacancia presidencial.
En las actuales circunstancias, la única manera de evitar cualquiera de esos dos escenarios y quitarse la «etiqueta» de «comunista», con el que el fujimorismo quiere estigmatizar al gobierno, es cambiando a quien preside la PCM. Es recomponiendo la PCM sin que, como viene ocurriendo, sea hecho con improvisación.
Está en manos del presidente Pedro Castillo el tener un premier que compatibilice con su mensaje a la Nación y la orientación que Pedro Francke le dará a la economía. No basta un mensaje negacionista de lo que pensaba Bellido. ¿Es «terrorista» o apologista del terrorismo Guido Bellido? No lo es. Pero es necesario tener un premier que reabra las alianzas hacia el centro.
Se trata de golpe de timón audaz al gobierno para evitar lo que las derechas mafiosas habían planificado: quizá antes que la no confianza al gabinete la vacancia de Pedro Castillo, utilizando el concepto indefinido de «incapacidad moral permanente». Está vez, a diferencia de Martin Vizcarra, afirmando la «incapacidad de gobernar» de esté.
