El terminal zonal «Las Mercedes» amaneció con un manto de horror tras el macabro hallazgo de la noche anterior. Entre bolsas de desperdicios y el olor acre de los baños públicos, una trabajadora de limpieza descubrió lo impensable: el cuerpo sin vida de un feto de casi siete meses, abandonado como si fuera basura.
«Pensé que era una cabeza de bebé»
La trabajadora Narcisa Rodríguez, relató con voz quebrada cómo ocurrió todo. «Al limpiar los tachos, uno pesaba distinto… Cuando miré adentro, vi algo que parecía la cabecita de un niño», contó, aún conmocionada. Sus manos, habituadas a recoger residuos, temblaron al entender lo que sostenía: una vida truncada, arrojada al olvido.
«No entiendo cómo alguien puede hacer esto. Hasta a un animalito se le entierra con dignidad», dijo, entre lágrimas. La pregunta flota en el aire: ¿Quién lo hizo? ¿Una mujer desesperada, una pasajera de paso, o alguien más siniestro?
La fría respuesta de la burocracia
La Policía Nacional del Perú y el fiscal provincial Rafael Machaca Mamani se apersonaron al lugar. Shayla Cruz Callonza, médica legista, confirmó lo evidente: era un feto en avanzado estado de gestación. Ahora yace en la morgue del Instituto de Medicina Legal, a la espera de una autopsia que quizá nunca revele toda la verdad.
Mientras tanto, las cámaras de seguridad del terminal son revisadas con urgencia. ¿Alguien entró con un embarazo visible? ¿Alguien salió con prisa, con las manos vacías? Las hipótesis se multiplican, pero las respuestas escasean.
Un crimen sin rostro
En Juliaca, el rumor corre más rápido que la justicia. Algunos murmuran sobre jóvenes ocultando embarazos; otros, sobre redes de tráfico de menores. La trabajadora que lo encontrado no puede dejar de pensar en la madre—o verdugo—: «Quizá tuvo miedo, quizá no tuvo ayuda… Pero nada justifica esto».
La PNP pide colaboración ciudadana, pero en las calles, la desconfianza reina. ¿Quién denunciaría a una vecina, a una hermana, a una hija? Mientras el caso se enfría en los pasillos judiciales, el bebé sin nombre espera justicia… y una sepultura que nunca debió necesitar.