Juliaca revive ancestral tradición. Pobladores buscan piedras de la fortuna en el río Unocolla, augurando prosperidad económica y conexión con la Pachamama.
Bajo el cielo estrellado de la ciudad de Juliaca, una antigua tradición arraigada en lo más profundo de sus pobladores se despierta con la primera luz del 1 de agosto. En un ritual que mezcla fe y esperanza, cientos de personas de diferentes sectores de la ciudad se reúnen para dirigirse al río Unocolla, en busca de tesoros singulares: piedras planas que, según la creencia ancestral, representan la promesa de prosperidad económica.
Desde las primeras horas de la madrugada, los valientes pobladores se aventuran en el gélido cauce del río Unocolla, desafiando el intenso frío que se cierne sobre la ciudad en estas fechas. Despojándose de sus calzados, algunos creen que descalzos tienen más posibilidades de atraer la buena fortuna en su búsqueda.
La tradición se teje con historias que se remontan a tiempos inmemoriales. Según las creencias de los ancestros, el 21 de junio, la Pachamama descansa plácidamente, pero al despertar el 1 de agosto, su esencia se llena de energía y bendiciones.
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Es en este día especial cuando los pobladores acuden al río en busca de piedras planas, que son interpretadas como símbolos de billetes de diferentes denominaciones y monedas.
La emoción y la esperanza fluyen entre la multitud, mientras cada piedra hallada es celebrada como un tesoro valioso que augura tiempos prósperos por venir.
La tradición, transmitida de generación en generación, se renueva en cada rincón de la ciudad, manteniendo vivo el espíritu de un pueblo que encuentra en la conexión con la tierra una fuente inagotable de esperanza y bendiciones.
Así, entre la oscuridad de la noche y el renacer del nuevo día, la ciudad de Juliaca se sumerge en esta hermosa ceremonia ancestral, recordando la importancia de preservar las raíces y creencias que han forjado su identidad a lo largo de los años.
En el ritual del río Unocolla, la unión entre el pasado y el presente se convierte en un eco de esperanza que trasciende el tiempo y trae consigo la promesa de un futuro lleno de prosperidad.