Un análisis de laboratorio encontró la presencia de “manchas azules” y plaguicidas en la cebollita china, ingrediente infaltable en los platos chifa y otros de consumo masivo lo que no se permite en otros lugares del mundo por su relación con el cáncer y problemas en varios órganos del cuerpo humano.
Slow Food, la Red de Agricultura Ecológica RAE y el Consorcio Agroecológico adquirieron muestras de la cebolla china de un puesto del mercado mayorista de Santa Anita el 14 de octubre y enviaron a CEIMIC Laboratories Corporation, entidad certificada a nivel internacional para que examine la presencia y concentración de pesticidas.
Los resultados de los análisis
Revelaron la presencia de las sustancias químicas
- Azoxystrobin, Clothianidin, Cyproconazole, Difenoconazole, Profenofos.
Pero lo más preocupante es la presencia de un
- Fungicida organosulfurado denominado Ditiocarbamato (Dithiocarbamates) en una concentración altísima de 14.455 partes por millón, (mg/kg)
Los estándares nacionales e internacionales no admiten la presencia de dicho producto en el alimento.
Prohibido afuera
Según los resultados establecidos, estas cebollas chinas no se podrían exportar ni comercializar en la Unión Europea, Estados Unidos, China, Canadá, Japón o cualquier país del mundo que use como referencia las normas CODEX. Pero se venden en el Perú, libremente en un mercado mayorista que abastece a decenas de mercados locales de Lima y sin control alguno.
La mayoría de agricultores bombardean sus cultivos con agroquímicos casi hasta el día antes de la cosecha.
Estos agroquímicos se usan ampliamente en el campo para combatir las plagas, pero existen protocolos que se deben cumplir. Hay tiempos de carencia en los no deben usarse estas sustancias, sobre todo antes de la cosecha para evitar que permanezca en el producto y el consumidor lo ingiera. Lamentablemente, nada de esto se cumple.
Recuerde
Si ve unas manchas azuladas en las hojas de la cebolla china es porque acaban de rociar venenos que usted y su familia se los podría comer. Pero esa es solo la parte visual y no siempre se puede detectar, sólo un análisis de laboratorio es el método certero para saber cuánto veneno contienen las verduras y frutas que consumimos todos los días.
Recomendaciones
Estas son recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria:
- Lavar frutas y verduras bajo el chorro de agua, aunque se pelen, porque así se evita que la contaminación pase al cuchillo.
- Usar un cepillo especial en el lavado de las frutas y las verduras de cáscara (melón, sandía, pepino, calabacín, etc.).
- Secar con papel de cocina.
- Si la fruta o la verdura se consume cruda o cocida con piel, sumergir durante cinco minutos en un recipiente con agua y lejía en proporción de una cucharada de postre de lejía por tres litros de agua, y aclarar. La lejía debe estar etiquetada como “apta para la desinfección de agua de bebida”. También se puede sustituir la lejía, por vinagre de manzana o blanco.
Si se siguen estas recomendaciones y además se pela la fruta, se conseguirá eliminar una gran parte de los residuos que las frutas y verduras pueden contener.