La seguridad social es un derecho fundamental de la personal porque reviste una serie de características y refleja el grado de complejidad del derecho fundamental que forma parte de los derechos humanos de segunda generación, como se trata de un derecho inherente a todo ser humano, a su dignidad: Es un derecho universal, un derecho fundamental, un derecho (subjetivo), no una norma programática, el bien jurídico inherente es la seguridad, un derecho individual de carácter social, es derecho de naturaleza prestacional que las prestaciones pretenden satisfacer una serie de necesidades que se consideran ineludibles para el desarrollo de una vida digna y un derecho exigible frente al estado.
En estos tiempos del covid-19 las consecuencias para la salud pública generadas tienen un impacto directo en la salud de los trabajadores y, por consiguiente, en la resiliencia y supervivencia de las empresas y de la economía de un país.
En respuesta a las medidas de aislamiento adoptadas por el estado para limitar la expansión del virus, algunos sectores económicos y empresas han implementado de forma inmediata modalidades de trabajo a distancia y/o teletrabajo, los cuales no están exentos de riesgos laborales y, por tanto, también requieren la adopción de medidas preventivas.
En estos tiempos de COVID-19 los empleadores y trabajadores deben tomar en cuenta que, el derecho a la seguridad social se encuentra plasmado como derecho fundamental por lo que “El Estado reconoce el derecho universal y progresivo de toda persona a la seguridad social, para su protección frente a las contingencias que precise la ley y para la elevación de su calidad de vida”, garantizando el libre acceso a las prestaciones de acuerdo con el artículo 11, que señala que “El Estado garantiza el libre acceso a prestaciones de salud y a pensiones, a través de entidades públicas, privadas o mixtas”.
Si queremos cambiar el sistema de prestación de servicios en materia de protección social, debemos hacer reformas profundas, es cierto que el contexto para reformar la seguridad social en el Perú es difícil por la escasez de fondos, pero existe un sentimiento generalizado de que este es el momento, no para volver al pasado, sino para construir un futuro mejor, por cuanto una sociedad más equitativa donde nos apoyemos unos a otros.
Nosotros sugerimos al gobierno peruano si queremos cambiar los resultados que estamos obteniendo en materia de protección social, debemos hacer reformas profundas, como expandir el ámbito y cambiar el modelo de financiación a recursos generales así, en el mercado de trabajo debemos asegurar que todos los trabajadores tienen acceso a la seguridad social, al menos a un piso básico, independientemente de su condición laboral; porque lo cierto es que seamos trabajadores por cuenta propia, asalariados, o freelancers, todos nos podemos enfermar, todos podemos perder nuestra fuente de ingreso, y todos envejecemos. Por ello resumimos que una reforma en estas líneas no solo mejoraría la protección social, sino que aumentaría la productividad, y de esta forma dar una esperanza a los trabajadores y su familia.
Por: Moisés Callasaca