La mezcla de licor en exceso, asaltantes, “peperas” y el frío intenso del altiplano puneño han segado la vida de al menos seis jóvenes durante la última semana en las ciudades de Puno y Juliaca completando una de las peores rachas de los últimos años.
El martes de la anterior semana, un joven de 22 años, despertó en una calle de Juliaca y se enteró que dormía junto al cadáver de su amigo. Ambos habían compartido licor la noche anterior, tomaron un mototaxi cerca del amanecer y acabaron abandonados por la mañana.
Casos como ese son frecuentes e implican recarga de trabajo para los serenos quienes dedican una buena parte de sus esfuerzos en salvar la vida jóvenes imprudentes que corren peligro de morir por hipotermia si no mueren por intoxicación o atragantamiento.

“Las peperas”
A esta modalidad se ha llamado al uso de mujeres como carnada para captar varones ebrios, dormirlos, asaltarlos y posteriormente abandonarlos.
Medicamentos como el Alprazolam son los usados por estas mujeres quienes, suelen actuar en complicidad con falsos taxistas y mototaxistas con quienes trasladan a sus víctimas, las despojan de sus bienes y luego los abandonan.
Las peperas suelen causar víctimas cuando usan una dosis exagerada para dormirlas las exponen al atragantamiento o a la hipotermia pues, el alprazolam también inhibe los reflejos que garantizan la respiración.
Hipotermia
Con temperaturas bajo cero desde mayo hasta agosto, especialmente desde la madrugada la región Puno es peligrosa para los ebrios. Los médicos afirman que cuando la temperatura de un cuerpo cae por debajo de 35 ºC hablamos de hipotermia.
Con un tiempo prolongado que varía según las condiciones de la persona, su temperatura corporal puede bajar hasta los 30 °C lo que trae pérdida de consciencia, latidos cardíacos muy débiles y, finalmente, la muerte.
El alcohol, es lo que se conoce como un vasodilatador, por lo cual ayuda a perder calor lo que es un factor para que muchas personas ebrias sean víctimas de la hipotermia.