Este miércoles 13 de octubre en la selva de Puno de la provincia de Carabaya, se reportó un ataque a efectivos policiales que se dirigían a una base de erradicación de hojas de coca.
El hecho fue registrado en video. En las imágenes se aprecia que los pobladores extraen el equipaje de tres vehículos en los que viajaban efectivos policiales y lanzan mochilas y maletines a una fogata.
No se reportaron ataques directos a los policías pero los vehículos quedaron con los vidrios completamente destrozados.
No es la primera vez que se da un hecho de esta naturaleza. En abril del año 2019 dos cocaleros perdieron la vida a manos de la Policía Nacional del Perú en una protesta contra la erradicación del cultivo de hojas de coca.
COCA Y MIGRACIÓN
De acuerdo a testimonio de la zona, desde el año 2005 el cultivo de hoja de coca aumentó en la zona. Desde el año 2013 se reportó la migración de campesinos provenientes del VRAEM.
Aparentemente, los campesinos ayacuchanos huían de la política de erradicación de drogas que alcanzó su pico entre los años 2014 y 2016.
En el valle de San Gabán encontraron terreno fértil, pocos controles y, por si fuera poco, una carretera asfaltada, la interoceánica, que atraviesa la zona.
Una investigación del Instituto de Estudios Internacionales de Chile recogió un testimonio que se muestra a continuación.
EL CORAH
Desde su llegada, el proyecto especial “ Control y reducción del cultivo de la coca en el Alto Hualla”, causó rechazo entre los ocupantes. Muchos ya tenían la experiencia de enfrentarse a este proyecto.
Esto llevó a las dos muertes sucedidas el año 2019 y la tensión que se vive hoy con el ataque al contingente policial y los trabajadores del Corah. Ambos eventos se originaron por el inicio de la campaña de erradicación de cultivos.
EFECTO CASTILLO
Lo que también ha movido la selva puneña es el hecho de que Pedro Castillo haya suspendido la campaña de erradicación en el VRAEM poco después de llegar al poder.
El 21 de septiembre el Ministerio del Interior ordenó reanudar la erradicación empezando por la zona de Padre Abad y luego en San Gabán.
El 4 de octubre los cocaleros de la Selva Carabaina llegaron a la ciudad de Macusani para manifestarse en contra del inicio de operaciones y anunciaron movilizaciones toda vez que hay certeza que la zona del VRAEM fue excluida del plan de erradicación para este año.
El 10 de octubre, Julián Pérez Mallqui, secretario general de la Federación Nacional de Productores Agrarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (CONPACCP) declaró: “ Nos hemos comunicado desde ayer con los hermanos de Carabaya, en especial de distrito de Lechemayo, en donde se está llevando la erradicación, efectivamente (…) Nosotros como organización siempre defenderos a los que estén afiliados a través de sus federaciones a la CONPACCP, pero de manera legal, correcta”.
PELIGRO Y EXPECTATIVA
Ese es el contexto en el que se dieron los hechos de violencia. Se debe agregar que, en el ámbito político, todo indica que hay un pacto político entre Pedro Castillo y Guillermo Bermejo e involucra la política de erradicación de cultivos de hoja de coca.
La publicación Hildebrandt en sus 13 ha revelado que el ministro del interior Luis Barranzuela es la ficha de Bermejo en el ejecutivo.
Cabe recordar que el congresista ha trabajado durante años en la zona del Vraem y, fue ahí donde Pedro Castillo inició su gira triunfal durante sus elecciones.
La meta es acabar con la política de erradicación de hoja de coca, expulsar a la DEA y cambiar a Devida. Todo indica que los cocaleros, ven una buena oportunidad en este contexto para darle fin a la presencia del Corah.
IMPLICACIONES
El congresista Bermejo puede ser duramente criticado pero tiene razón en que, varios años de la misma política antidrogas son un fracaso. Hildebrantd en sus 13 indica: “Los pronósticos del gobierno de los Estados Unidos son que, para el 2023, el Perú alcanzará una cifra récord de más de 100,000 hectáreas de hoja de coca, lo que significaría una explosión en la producción de cocaína”.
En lo segundo que tiene razón es que la política antidrogas se sigue cebando con el más débil de la cadena de producción de droga:el productor. En tanto, hay dudas sobre la real persecución a los patrones de la coca.
En su gran mayoría, los que “pagan el pato” son los “burros”, pequeños acopiadores, productores y los de poca monta mientras que no se consigue desarticular una organización poderosa.
Ese es el hecho explotado por Bermejo y se prevé que su papel en la nueva política antidrogas del gobierno, será el flanco por donde atacará la prensa capitalina durante los próximos días.