Mientras morenos, achachis, chinas y cholitas bailan al compás de las bandas, delincuentes aprovechan la falta de detectores para circular dinero falso. Un caso reciente en Santa Rosa de Yanaque – Acora destapó la modalidad.
La fiesta patronal, ese espacio de júbilo colectivo donde la tradición se vive con fervor y alegría, se ha convertido en el nuevo blanco de una vieja amenaza: los falsificadores de billetes. Aprovechando el bullicio, el comercio informal y, sobre todo, la ausencia de máquinas detectoras, bandas delictivas están inundando de dinero falso las festividades de los centros poblados más alejados.
La alerta se encendió durante los honores a Santa Rosa de Lima en el centro poblado de Santa Rosa de Yanaque. En medio del repicar de las bandas y el movimiento de los bailarines, un joven intentó pagar con varios billetes presuntamente falsos de 100 y 50 soles, sumando 400 soles. El intento no pasó desapercibido para los comerciantes, quienes dieron la voz de alarma.
Testigos relataron que el sospechoso, al sentirse descubierto, emprendió una desesperada carrera hacia el cerro contiguo. Sin embargo, la reacción de la comunidad fue más rápida. Vecinos lo alcanzaron, lo redujeron y, en un acto de justicia rudimentaria, lo amarraron a un poste de luz a la espera de las autoridades. Los comerciantes también retuvieron a una mujer vestida de cholita, a quien acusaron de ser la jefa, y su marido, escapó en una camioneta con fajos de billetes falsos. Momentos después, efectivos de la Comisaría PNP de Ácora se hicieron cargo del intervenido, trasladándolo para las investigaciones correspondientes. Se busca determinar si actuaba solo o como parte de una red.
La MODALIDAD: APROVECHAR EL JÚBILO
La estrategia de los falsificadores es clara y se aprovecha de las vulnerabilidades propias de estas celebraciones. El intenso flujo de dinero en efectivo en compras de comida, bebidas y artículos diversos, sumado a la falta de dispositivos de verificación, crea el escenario perfecto para hacer circular billetes de 50, 100 e incluso 200 soles falsificados.
“En las fiestas patronales no se tiene detectores de billetes falsos. Los comerciantes están atendiendo a mucha gente y no se fijan mucho”, explicó un vecino de la zona, quien prefirió mantener el anonimato. El delito suele descubrirse horas o incluso días después, cuando quien recibió el billete intenta usarlo en otro lugar, para entonces, los falsificadores ya están lejos.
El peso de la Ley: Artículo 254 del Código Penal
Según Ipderecho.pe, las acciones de estos delincuentes no son una simple estafa; constituyen un delito tipificado y severamente penado por la ley peruana. El artículo 254 del Código Penal, sobre el Tráfico de moneda falsa, establece lo siguiente:
«El que a sabiendas, introduce, transporta o retira del territorio de la República; comercializa, distribuye o pone en circulación monedas o billetes falsificados o alterados por terceros, cuyo valor nominal supere una remuneración mínima vital, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días multa. La pena será de ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa, si el valor nominal es menor a una remuneración mínima vital.»
Capacitación en la víspera de la fiesta patronal
La solución de fondo, pasa por la capacitación. Surge así un clamor dirigido a las autoridades locales: los alcaldes de centros poblados deberían solicitar al Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) programas de entrenamiento específicos para comerciantes y alferados de las fiestas patronales.
El BCRP ya actúa, pero se necesita llegar más lejos
Yoni Rojas, jefe de la Oficina de Comunicaciones del BCRP en Puno, confirmó que la institución ya viene desarrollando campañas informativas en diversas actividades públicas y fechas especiales, precisamente para enseñar a identificar billetes auténticos.
“Recomendamos aplicar tres pasos fundamentales: tocar, mirar y girar”, detalló Rojas. Explicó que los billetes peruanos genuinos están hechos de algodón fino, lo que les da una textura y un relieve únicos e difíciles de replicar. Asimismo, instó a la ciudadanía a buscar siempre la marca de agua (visible a contraluz) y a observar los hologramas que cambian de color al girar el billete.
Alto falsificadores
La batalla contra la falsificación en las zonas rurales y centros poblados no se gana solo con detenciones, sino con prevención y el firme peso de la ley. Mientras la música suene y las tradiciones sigan vivas, la mejor defensa de los pobladores será el conocimiento, un arma que ningún falsificador podrá imitar, y la certeza de que este delito conlleva graves consecuencias penales.





