Con el aumento espectacular del precio del cobre, el proyecto minero Tía María despierta expectativas entre los empresarios mineros; sin embargo, estos se topan con el rechazo de la población que está a la espera de que el gobierno, a través del Primer Ministro, Guido Bellido, cancele definitivamente el proyecto aunque este no confirme su llegada.
El Objetivo ha recopilado algunas de las principales razones para rechazar el proyecto:
1.- 800 metros es la distancia entre la explotación y el cauce del Tambo lo que trae todo tipo de riesgos de contaminación por aire o por filtración. Las propuestas como las de instalar una geomembrana o la argumentación de que los vientos llevarán el polvo del lado contrario al río y a los centros poblados no han convencido.
2.- Los estudios de impacto ambiental fueron defectuosos desde el inicio tal como lo pudo comprobar primero una entidad adscrita a Naciones Unidas y luego, en el segundo estudio de impacto ambiental, por la junta de regantes del Valle del Tambo. Las observaciones estuvieron principalmente por el uso del agua.
3.- La empresa Southern tiene malos antecedentes en otras partes del país y el mundo. En Cuajone (Moquegua) y Toquepala (Tacna) las explotaciones de la empresa se ganaron multas por infracciones por afectación a la vida marina en la bahía de Ite y por contaminación del aire.
4.- La informalidad de los trámites que llegaron, incluso a que falte la firma de los responsables en uno de los estudios de impacto judicial o la incongruencia entre lo que proponía la empresa (el uso de agua marina) y lo que estaba escrito (el uso de agua era solo una alternativa).
5.- El uso de las fuerzas del orden ocasionaron la muerte de siete pobladores en actos de represión generaron aún más rechazo y alejaron toda posibilidad de la llamada “licencia social”.
6.- La relativa bonanza de los agricultores del Valle del Tambo hace que rechacen cualquier oferta económica de Southern. En otros lugares con actividades económicas menos rentables los pobladores aceptaron los ofrecimientos de las mineras. En el tambo, esto no se repite pues este valle es conocido como una despensa de varias ciudades del sur del país.
7.- El valor del agua en zona desértica pone en peligro el margen de ganancias pues ante la negativa de la población al uso de aguas del Tambo, la empresa quiso usar agua de la represa Paltiture pero esto traía un costo enorme y rechazo en las zonas de toma de agua. Se propuso usar agua de mar pero, como se dijo, esta propuesta carecía de seriedad (no constaba en documentos).
8.- El mal manejo del problema por parte del Estado pues nunca evaluó cabalmente la información proporcionada por la minera y luego no proporcionó la información adecuada a la ciudadanía que vigilaba la marcha del proyecto.
9.- La experiencia en otras partes del país donde, a pesar de todos los ofrecimientos de las empresas mineras, el medio ambiente quedó efectivamente con grandes daños que privaron de agua a pobladores de forma permanente.
10.- La desconfianza sembrada por la misma empresa y el estado en la población. Los puntos expuestos anteriormente explican por qué pocos interesados pueden creerle una sola palabra a la empresa y a funcionarios del estado que se muestran inclinados a los intereses empresariales.
