A raíz del escándalo del alquiler de locales en alrededores del estadio Enrique Torres Belón, la Contraloría General de la República llevó adelante el control en dicho complejo deportivo encontrando más indicios de un tremendo festín con el cobro de alquileres y no solo eso, sino que, incluso se comprobó que uno de los inquilinos se instalaron con camas y cocinas en ambientes del coloso.
“HOTEL” TORRES BELÓN
La visita de la Contraloría se dio los días 4, 5 y 6 de agosto. Luego de entrevistarse con los comerciantes, verificar su situación, se encontraron con el puesto del inquilino Carlos Huaranga Vila.
Lo llamativo es que no solo había ocupado ambientes para comercializar sus productos sino que, había ocupado dos ambientes cercanos a la puerta 14 y dentro de uno de ellos había instalado su cama y otros bienes personales para habitar el lugar.
LOS CONTRATOS
Carlos Huaranga tiene en común con los otros 35 inquilinos en que solo contrataron unos meses pero permanecieron o permanecen en el lugar muchos meses después del vencimiento del plazo, tal como pudo recoger El Objetivo.
Los contratos son, por todos lo lados absolutamente irregulares, pues se cobraron sumas entre 300 y mil soles, muy por debajo de los precios legales. Para muestra, a la señora Nora Erika Quispe Choque, le cobraron mil soles por un plataforma contigua a la boletería del estadio cuando una resolución (012-2020.CRD-PUNO/IPD) indica que se debe cobrar 2 mil.
EL “FAENÓN”
Los medios de comunicación locales recogieron testimonios de los comerciantes donde estos indicaban que les cobraron por los alquileres un monto distinto al que figura en los contratos y que el abono no se hizo directamente al IDP.
Con todo esto, hay serios indicios que indican que la administración del presidente del IPD-CR Puno, Yan Carlo Quispe Quispe se dio un festín con el uso de bienes públicos violando varias normas.
De hecho, si sólo se consideran los montos que figuran en los contratos, entre marzo del año 2020 y mayo del año 2021, el IPD, dejó de cobrar 11 mil 900 soles, pero esta cantidad sería solo un parte de lo que amasaron ilegalmente.
Revisando la documentación, se encontró que Yan Carlo celebró, en total, 35 contratos, la mayoría de 300 y 600 soles.
No solo eso, sino que 16 de los inquilinos celebraron contratos de sub arriendo con otros 19 comerciantes. ¿Cómo se podría explicar que, por ejemplo, Michel Milagros Condori Ilaquita sub arrendó dos contratos por 300 soles a dos personas?. Evidentemente, el precio real era muy superior a 300 soles pero la diferencia se fue a otros bolsillos.
ILEGALIDAD POR TODOS LADOS
La Contraloría también analizó la normativa y encontró ilegalidad por todos lados. Concluyó que el IPE puede alquilar infraestructura para eventos deportivos o “afines”.
Además, tampoco está permitido el subarriendo pues está expresamente prohibido por directivas aprobadas por la institución.
LA YAPA
La turbia operación no se limitó al alquiler de espacios sino a brindar los servicios de agua y electricidad pagados por los peruanos pero, todo indica, que el cobro fue muy privado pues fue el IPD, que asumió la factura.
La Contraloría encontró que 30 inquilinos tuvieron los servicios de agua o electricidad sin que haya recibo o documento alguno. Obviamente, esto no se dio por la bondad de Yan Carlos Quispe.