Coata, Puno. – La comunidad del sector Pojsin – Carata, en el distrito de Coata, enfrenta una grave crisis ambiental tras el desborde de los principales ríos de Juliaca, lo que habría provocado el derrame de aguas residuales en la cuenca local. Ante esta situación, los pobladores denuncian la inacción de las autoridades y exigen un tratamiento adecuado de las aguas, ya que estas son consumidas directamente por la población.
El presidente del sector, Félix Suasaca Suasaca, expresó su preocupación por la falta de medidas efectivas por parte del Gobierno Regional de Puno y otras entidades competentes. Indicó que, en un inicio, el Gobierno Regional argumentó que no contaba con presupuesto suficiente para la ejecución de la defensa ribereña. Sin embargo, tras múltiples solicitudes y gestiones, se logró reabrir el debate sobre el financiamiento del proyecto.
Un Proyecto Atrasado y sin Ejecución
Inicialmente, la construcción de la defensa ribereña estuvo a cargo del Proyecto Especial Binacional Lago Titicaca. Posteriormente, el Ministerio de Agricultura transfirió aproximadamente **S/ 5 millones** a la Autoridad Nacional del Agua (ANA) para su desarrollo. Pese a este financiamiento, la ANA convocó a una licitación para la elaboración del perfil del proyecto, pero hasta la fecha **su ejecución sigue estancada**.
Responsabilidad en Disputa y Falta de Avances
A pesar de la existencia de un convenio firmado durante la gestión del exgobernador Germán Alejo, en el que se establecía la intervención del Gobierno Regional, el proyecto sigue bajo la administración de la ANA en Lima. Suasaca cuestionó la falta de avances en los últimos dos años y demandó acciones inmediatas para proteger a la comunidad.
“La actual gestión del Gobierno Regional no ha logrado avanzar en este tema, y esto no es posible. Necesitamos soluciones urgentes”, manifestó el dirigente.
Los pobladores exigen que se agilicen las gestiones para garantizar la construcción de la defensa ribereña y que se tomen medidas para evitar la contaminación del agua que consumen. Entretanto, la incertidumbre y el temor por los impactos en la salud pública continúan creciendo en Pojsin – Carata.