La política es el arte de usar un mapa, la ideología, para llegar a un destino mejor. Pero para orientarte lo primero que necesitas es saber dónde estás, porque de lo contrario jamás podrás trazar un rumbo. Ése es el papel de la ciencia y de los datos darle a la sociedad la mejor estimación de dónde está, para que luego la política decida a dónde quiere ir. Así mismo la ciencia antes era una ciencia humana, buscaba la verdad y la libertad, estaba al lado del pueblo soberano, pero los señores de la guerra y las finanzas herederos de la podredumbre criminal del pensamiento Europeo, Americano y la burgués a lo largo de la historia persiguen y la raptan a la ciencia, para luego convertirlo en una ciencia asesina y genocida de un pueblo, país y de un continente.
Hoy encontramos en la boca de los políticos y científicos antropocéntricos se escucha hablar de desarrollismo a base de la ciencia, pero nos preguntamos, ¿Qué tipo de ciencia proponen, la humana o la asesina?.
La casta política tradicional apátrida capitalista y sus aliados marxistas desde la fundación de la republica hasta la fecha nos han dividido como pueblo en clases sociales o clase campesina, andina, provinciana, en clase urbana y rural; el pueblo andino, amazónico, rural, nativa no es clase social o clase campesina, es una raza, una nación, una historia, una cultura con filosofía genuino, no tiene que integrarse ni asimilarse a ningún partido político liberal, nacionalista o izquierdista, nuestra convicción es descolonizarnos y liberarnos para crear una sociedad justa, sin opresores ni oprimidos, sin miseria ni egoísmo, lo cual debe contribuir los científicos contemporáneos y la filosofía en el aspecto político.
Hoy en día los políticos se han dado cuenta de que cuando la ciencia contradice sus ideologías y con sus datos se niega a reforzar sus argumentos tienen un modo de contra atacar, presionar políticamente y económicamente hasta amenazar los sistemas científicos en su esencia. Pero los científicos, por supuesto, son de cualquier color político, los hay radicales y conservadores, de izquierdas y de derechas, partidarios de Keynes y de Friedman. Cada uno de ellos tiene su opinión sobre el papel de la religión en la vida pública, sobre la mejor forma de regular el mercado eléctrico o de mejorar la vida de las clases menos privilegiadas, crear políticas económicas, buscar la verdad de la solución de los problemas en una investigación de corte social.
Es por ello en los países desarrollados los políticos hoy en día están recurriendo a los científicos y filósofos a fin de que les proporcione corrientes filosóficas de una gestión publica moderna, pero los países del tercer mundo está muy lejos de esos pensamientos incluido nuestro país que no recurren a la ciencia para validar sus datos y dar una solución adecuado, certero y en favor de toda sociedad.
Ptd. Tigrecallasaca.
