En conferencia de prensa realizada la noche de ayer, el Primer Ministro Guido Bellido anunció que pedirá cuestión de confianza, «si es necesario», durante la interpelación del Ministro de Trabajo, Iber Maraví. “Nuestro respaldo absoluto, voy a acompañarlo y, de ser necesario, vamos a pedir cuestión de confianza”, sentenció.
La denegación de la cuestión de confianza implica una “crisis del gabinete”, por lo tanto, el presidente estaría en obligación de remover a los actuales ministros. Sin embargo, si el Premier pide cuestión de confianza y el congreso se lo niega, entonces, el gobierno de Pedro Castillo avanzaría una paso adelante en la disolución del legislativo, al menos, eso dice la norma.
A poco de las declaraciones de Bellido, la Junta de Portavoces del Congreso emitió un comunicado en el que se exige al presidente Pedro Castillo se pronuncie con claridad sobre lo dicho por Bellido.
Esto se da en un contexto en el que la impopularidad del congreso está cercano al 60% mientras que la popularidad de Castillo subió ligeramente tal como lo indican las últimas encuestas publicadas.
El ejecutivo que mantenía un rol pasivo durante las semanas anteriores, pasó a la ofensiva pues, en menos de una semana se hicieron estos dos anuncios impresionantes, además del posible traslado de Alberto Fujimori a un establecimiento penitenciario común.
Se debe notar que, antes de estos anuncios, la agenda política estaba marcada por la derecha pero, con estas maniobras, el ejecutivo ha tomado el rol dominante. Si antes se hablaba de las denuncias de Cerrón, hoy se habla de los contratos millonarios del Estado Peruano.
