Se produjo la confluencia de la marcha de los Cuatro Suyos que tomó Lima y el Paro Nacional convocado por la CGTP.
Lima y 14 regiones son escenario de multitudinarias marchas que exigen la renuncia de Dina Boluarte y el adelanto de elecciones para 2023.
La ciudad de Lima, el escenario principal de la marcha de los Cuatro Suyos, está llena de hombres y mujeres quechuas, aimaras, chankas, ashaninkas, shipinos-konibos, etc. Es el encuentro entre la choledad y los indígenas.
Es un proceso inverso al que ocurrió entre el 50 a los 80, en el que los migrantes andinos pasaron de invasores a ciudadanos. Es decir, que se cholificaron y construyeron la otra modernidad.
Ahora, los mestizos que se cholificaron experimentan un proceso de indigenización. Es una reafirmación en sus identidades culturales de origen que, si bien no lo abandonaron, lo reivindican.
Ese sería el profundo significado que tiene el apoyo que ha ido teniendo la insurgencia popular e indígena que ha llegado a su punto culminante con el inicio de la marcha de los Cuatro Suyos.
El grossor social de la toma de Lima por los comuneros indígenas quechuas, aimaras, chankas, los grupos amazónicos y mestizos que se plegaron a esta lucha, que duda cabe, debe provocar la renuncia de Dina Boluarte.
Eso es cuestión de horas o días. No insostenible que un gobierno con más de 50 asesinatos y que no gobierna en términos prácticos pueda resistir la multitudinaria marcha de indígenas y mestizos urbanos.
Ahora corresponde la formación de un comité nacional de lucha o una instancia con cualquier otro nombre. El objetivo es unificar la lucha de las macroregiones y la CGTP, que representa a los sectores sindicales.
La lucha no puede seguir siendo dispersa, fragmentaria y espontánea como empezó en regiones del sur andino (Apurímac, Cusco, Arequipa, Ayacucho), el 7 de diciembre. Es necesario la unificación y exigencias consensuadas.
Obviamente, no bastará con la renuncia de Dina Boluarte. Ese es un primer paso. El segundo, es el adelanto y quien dirige el gobierno de transición. Asimismo, las reformas necesarias para que las próximas elecciones sean libre y democráticas.
Finalmente, la propuesta de referéndum para que la voluntad popular vote si se convoca a una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución.
Es el momento que los protagonistas y las organizaciones que se han sumado, y se sumarán, formen un comité, plataforma o como se llame. El principal enemigo, el fujimorismo y los poderes fácticos y criminales, seguirán teniendo el Congreso y la mayoría de las instituciones de su lado.
Jaime Antezana Rivera