La insurgencia popular, un derecho estipulado en el artículo 46 de la Constitución, contra el gobierno genocida de Dina Boluarte logró extenderse a regiones de la macroregión oriente el jueves 12 de enero.
En Amazonas, los ronderos de Bagua Grande se movilizaron contra la masacre en Juliaca y Ayacucho). Y, asimismo, por la renuncia de Dina Boluarte y adelanto de elecciones. La represión policial fue muy fuerte.
A diferencia del sur andino, los pueblos indígenas de Bagua, los awajun wampis, no se han manifestado contra el genocidio de quechuas y aimaras.
En Loreto, diversos gremios y ciudadanos de Iquitos, la capital regional, realizaron una nutrida manifestación por las calles de la ciudad exigiendo la renuncia de Dina Boluarte y el adelanto de las elecciones para este año.
Cabe destacar que la marcha lo organizó el Frente Patriótico de Loreto, una organización gremial que tiene una amplia trayectoria en está región. El sábado, el Frente Patriótico acordará un paro regional y la marcha a Lima.
Finalmente, en Madre de Dios comunidades nativas o indígenas y asentamientos humanos de Puerto Maldonado, la capital de la región, se sumaron a la protesta en apoyo a la macroregión sur. No es solo solidaridad.
En efecto, las comunidades nativas han bloqueado 17 puntos de la Interoceánica Sur, que une Madre de Dios con Puno y el Cusco. Y piquetes en Puerto Maldonado han pedido a los comerciantes que cierren sus negocios.
Los piquetes de las comunidades nativas -es necesario señalarlo iniciaron el bloqueo un día antes, el 11, en la frontera con Puno, donde tuvieron choque con sectores que no querían sumarse a las protestas. A está protesta se han sumado los mineros informales.
Los líderes señalan que no hay nada que dialogar con un gobierno que asesina. «Nosotros no existimos para ellos». Ergo, exigen la renuncia de Dina Boluarte y adelanto de las elecciones para este año. Esas son las exigencias que, pese a no tener articulación, une estás protestas.
Una mirada de conjunto indica que, faltando Ucayali, la macroregión oriente se ha sumado a la insurgencia popular que arrancó en Andahuaylas entre el 7 al 15 de diciembre pasado. Mientras tanto FujiDina no da la cara por tercer día.
La caída del gobierno genocida de FujiDina es cuestión de tiempo. La renuncia del exministro de Trabajo es un signo de crisis en las alturas. O caerá con la marcha de las macroregiones a Lima previsto para el 17 de enero.
Jaime Antezana Rivera
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