Fuerza Popular (FP) propone aumentar el número de congresistas de 130 a 230. Estos 100 más van a aumentar el parasitismo del legislativo y también su presupuesto (que es mayor que el de muchos ministerios).
No hay ningún otro parlamento en todo el mundo (o en nuestra historia nacional) con tasas de desaprobación tan altas. La ultraderecha, además, quiere ir a la reelección y a 2 cámaras, pese a que en el referdum de diciembre 2018 ello fue repudiado por el 85% y 90% de los votos, respetivamente.
Así como antes FP y Perú Libre se unieron para nominar al actual Tribunal Constitucional profujimorista y blindar a Maricarmen Alva y otros ultraderechistas, hoy pueden unirse para casi duplicar el número de parlamentarios. El Dr. Cerrón tuiteó: «Perú debe aumentar número de congresistas, estamos subrepresentados legislativamente.»
Durante la gestión de todos los 3 presidnetes del actual Congreso (Alva, Camones y Williams) este ha llegado a tener apenas un 6% de respaldo, mientras que, al menos los últimos 3 congresos (2016-230, 2020-21 y 2021 hasta hoy) siempre fueron muy repudiados.
El Congreso debiera ser eliminado como institución (al igual que el TC, la Defensoría y otras de sus «dependencias»). Este puede vacar al Ejecutivo, pero ninguno de sus miembros puede ser vacado por sus propios electores.
Este es una fábrica de corrupción donde sus integrantes perciben en un mes el equivalente de una remuneración mínima de al menos 2 anhos, y, además, de muchos otros privilegios, se enriquecen haciendo lobbies o recibiendo «favores» de empresas y universidades privadas a las que sirven.
Urge una nueva Constituyente que evalúe el establecimiento de un nuevo poder legislativo en el cual hayan delegados directos de los puyeblos originarios y afrodescdendientes, así como de las organizaciones laborales, campesinas y populares.
Además, todos sus representantes no ganen más que un trabajador calificado y que puedan ser controlados, mandatados y revocados por sus propios electores.
Isaac Bigio