Los bosques atrapan y almacenan dióxido de carbono (CO2), contribuyendo a mitigar considerablemente el cambio climático.
Resulta urgente defender nuestros bosques frente al cambio climático.
Los efectos de la sequía y el calor se ven mitigados con los bosques, que captan CO2 de la atmósfera, responsable de más de 2/3 de los gases invernadero.
Los gobiernos nacionales, regionales y locales deben proteger –mediante inversiones y trabajos forestales- los bosques y evitar su destrucción, explotación excesiva o incendio, cuyo resultado es la liberalización a la atmósfera de CO2.
La repoblación forestal (plantar nuevos árboles) y reforestación (volver a plantar zonas deforestadas) ayudan a combatir el cambio climático.