El fujimorismo quiere legitimar su plan golpista contra las elecciones que, según el conteo de la Onpe al 99.985% de actas contabilizadas, Keiko Fujimori pierde ante Pedro Castillo por 44,816 votos.
Es obvio: para no aceptar su derrota en el balotaje, fabricaron el «fraude en mesa» de Perú Libre con una avalancha (+ de 900 y solo 171 legales) de nulidades de mesas de zonas rurales. Este es, en realidad, una operación psico-legal.
Luego recurrieron a otras acciones legales (demanda de amparo al JNE y auditoría al sistema informático de la Onpe) para deslegitimar las elecciones y rematar pidiendo la nulidad de estás y se convoque a una nueva.
Esas acciones en la que busca ganar las elecciones anulando votos de Perú Libre o la dilación para que no se proclame al ganador, Pedro Castillo, el 28 de julio y el presidente del Congreso asuma el Ejecutivo, es un plan golpista. De darse sería un golpe de Estado.
A la fabricación del «fraude en mesa», la piedra de toque de ese plan golpista contra la voluntad popular y la democracia, han retomado la fabricación del «terrorismo», en zonas donde SL y el MRTA fue totalmente desarticulado o no tuvo presencia.
En efecto, la madrugada de este 15 de junio, a unos 11 a 12 kms de Tingo María, en el sector de Ricardo Palma, en Luyando, distrito de Najaranjillo, apareció un grupo de volantes, por decir lo menos, muy extraños.
Por qué extraños? En la parte superior de este «comunicado» dice «Partido Comunista del Perú» y al costado izquierdo se ve el símbolo del MRTA. Y en el medio del volante, un sello con tinta roja del «PCP».
Ese volante híbrido de SL y el MRTA es a simple vista falso. Sin entrar al contenido, dos razones. Uno, el Comite Regional del Huallaga de SL fue totalmente desarticulado en 2012.
Y, dos, el MRTA no operó en esta parte del Huallaga.
Además, contra lo que creen los exGein, estos grupos terroristas nunca fueron aliados. SL consideraba «revisionista» al MRTA. Eran enemigos. Y, por último, el MRTA se autodisolvio hace muchos años.
Los volantes han sido mal elaborados por los operadores del fujimorismo que no conocen la historia, ni la situación actual de SL y lo que fue el MRTA. O no sabían que SL no usaba la imagen de Tupac Amaru.
Eso no parece importarles. Qué busca el fujimorismo con la fabricación de volantes «terroristas»? Al igual que el «cuco» del «comunismo», es provocar miedo y zozobra no solo en el Alto Huallaga, sino en el país.
Con ese puñado de volantes en un solo lugar, que saben que tendrá impacto mediático pues toca una fibra sensible nacional, quieren que la gente crea que «terrorismo» está de regreso.
Que el «terrorismo» está rebrotando de la mano del triunfo del «terruco» Pedro Castillo, que llevará al Perú al «comunismo» o nos convertirá en una Venezuela. En suma, es una fabricación del «terrorismo» para la manipulación psicológica.
Este hecho, al igual que el «comunismo» o «fraude en mesa», no es aislado. Días antes de la segunda vuelta, operadores fujimoristas fabricaron un hostigamiento «terrorista» a la base militar de Pizana, en Tocache, San Martin.
Igualmente, días después, dejaron volantes del «PCP» cerca al puente de Aguaytia y la carretera Federico Basadre, en la provincia de Padre Abad, en la región Ucayali.
Igualmente, en una zona donde no existe SL.
En general, la resurrección artificial del «terrorismo» en el Alto Huallaga y Padre Abad (Ucayali) es parte del plan para legitimar el plan golpista fujimorista en curso. Y que la hija de Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, es la que debe derrotarlo.
Por: Jaime Antezana Rivera