A 5 días de la navidad, los peruanos recibieron como regalo de su parlamento, el que este ha consolidado una dictadura conjunta con Dina Boluarte.
La noticia con la que quieren impresionar y calmar a la población es que han aprobado adelantar las elecciones generales para abril 2024. Esto, en los hechos, implica que este Legislativo y Ejecutivo golpistas van a durar hasta el subsiguiente 28 de julio.
La dictadura de Dina para entonces habrá durado casi 20 meses, superando a los 16 meses del acorralado mandato de Castillo.
Cuando Paniagua llegó a la presidencia interina el 22 de noviembre del 2020, él convocó a comicios inmediatos y la transferencia de mando se hizo al siguiente 28 de julio (el del 2001).
Mientras el «demócrata» que remplazó al renunciante fuji-dictador solo estuvo en palacio 8 meses, la nueva dictadura apoyada por el fujimorismo quiere quedarse el doble y medio de ese tiempo.
Si en las navidades del 2000 se pudo adelantar los comicios para el siguiente cuatrimestre, lo mismo se pudo haber aprobado ahora.
Este Congreso ha rechazado, además, incluir en las siguientes elecciones una consulta acerca de si el pueblo está o no de acuerdo con una nueva Constituyente.
Es más, una de las razones por las cuales quieren alargar su permanencia en el recinto de la plaza de la inquisición es porque quieren aprobar su contra-reforma electoral: revertir los resultados del referéndum de hace 4 diciembres en el cual más del 80% de los votantes rechazaron la reelección de los congresistas y la bicameralidad.
En vez de volver a consultar al pueblo si este está de acuerdo con esos cambios, se lo quieren imponer al caballazo.
A este Congreso no le interesa la voluntad popular. Su mayoría nunca quiso reconocer que perdieron en las presidenciales e hicieron de Castillo el único Presidente dle mundo que haya tenido que lidiar con 4 mociones de vacancia en 12 meses, así como de estar impedido de viajar a otros continentes.
Cuando aún le faltaban unos 50 meses para acabar con su quinquenio, este Parlamento se convirtió en el único del mundo que cuando le faltase tal trecho para culminar su periodo solo era apoyado por entre 15 y 18 electores.
Hoy este no discute los cientos de abaleados en costa, sierra y selva y norte, centro y sur del país. No hay un solo intento de interpelar o censurar a ningún ministro, todos los cuales, al igual que Boluarte, merecen los elogios de la mayoría congresal.
La decisión congresal no va a ser bien recibida por la población. Las movilizaciones van a poder agudizarse. Este parlamento se ha puesto al margen de su propio regllamento, la ley y la carta magna al haber vacado al presidente más votado en la historia nacional en solo 6 minutos, sin derecho a la defensa, sin circular la moción a votar por escrito y con las firmas necesarias, sin haber permitido que el agraviado pueda haber tenido una copia de esta o designar a alguien en su defensa y sin que nadie use la palabra.
Se supone que el Congreso representa al pueblo, pero este último lo repudia en las calles, en las encuestas y en marchas diarias.
Isaac Bigio