Según las estimaciones de las autoridades sanitarias efectuadas en meses anteriores, el pico de la tercera ola tendría que haber llegado entre mediados y fines del mes de septiembre, pero las cifras sobre muertes indican todo lo contrario.
Todo indica que dichas proyecciones se realizaron en base a cifras oficiales sobre contagios los cuales se subestima el número real de estos.
Hace algunos días, a través de un medio de comunicación de alcance nacional, el director ejecutivo de Vigilancia en Salud Pública del Ministerio de Salud (Minsa), César Munayco, señaló que este retraso podría deberse a la posibilidad de que el 50% de la población peruana se haya contagiado de COVID-19 y haya adquirido cierto nivel de inmunidad.
Sin embargo, advirtió que una nueva ola de contagios podría darse durante las reuniones de fin de año. Esto tal como lo dice la experiencia de otros países dónde, a pesar de la existencia de un alto porcentaje de vacunados, se dieron rebrotes del virus.
Otra razón para que no se cumplan las proyecciones de la tercera ola es que las vacunaciones alcanzaron a los 10 millones a nivel nacional y se estima que las vacunas reducen en un 50 % los contagios.
Lo que se debe tener en cuenta es que los estudios sobre la efectividad de las vacunas así como de las nuevas variantes del virus son recientes y, por lo tanto, falibles al igual que las cifras oficiales de contagios.