Dina Boluarte juramentó hasta el 2026, pasaron unos días y presentó un proyecto para celebrar elecciones en el año 2024 y hoy salió con que se puede adelantar las elecciones para diciembre del 2023.
Congresistas como Guido Bellido, Guillermo Bermejo y Betssy Chávez le dieron la espalda a Pedro Castillo el día 7 pero, vieron las marchas y, al día siguiente, lo fueron a visitar y defender.
Los cuellos blancos de dominan el Poder Judicial y el Ministerio Público hacen malabares para no librar a Castillo porque saben qué puede pasar si sale libre.
Los únicos que no han retrocedido son los fujimoristas, pero ellos no son gente normal, actúan como psicópatas, piden sangre y fuego.
Lo que sí tuvieron es miedo pues cometieron un montón de torpezas en el proceso de vacancia a Pedro Castillo que juegan contra ellos, al punto de dar espacio para justificar la reposición de este en la presidencia.
Y todo esto, por las movilizaciones. No hay un Antauro, ni Toledo colocándose un cinto en la frente. No hay un caudillo visible. Claro que hay dirigentes, pero no hay un símbolo, hay sí una respuesta colectiva y gigante al desprecio.
Y así, el ciudadano se va dando cuenta de su poder (o lo va recordando luego de la terapia de Shock del 90) y se tiene que dar cuenta de todo su poder.
Este proceso fue consecuencia de un fenómeno que tenemos que agradecer a Castillo: la élite peruana se quitó la máscara. Izquierdistas y derechistas se mostraron como lo que son: gamonales y terratenientes viviendo en el siglo XXI.
Esta es, entonces, una lucha contra las taras que arrastramos más dos siglos.
J.Carlos Flores Vargas
