Por Jaime Antezana Rivera
La abominable masacre a 16 personas en dos bares de San Miguel del Ene, en horas de la noche del domingo 23 de mayo, si fue ejecutado por miembros de la narco-organización armada liderada por Victor Quispe Palomino (a) «José», que opera en Vizcatán y zonas aledañas.
A través de un audio, una mujer de está narco-organización, reivindica la «limpieza» (masacre) de los cuchipampas (bares) o prostíbulos.
«Expulsar y destruir completamente a las cuchipampas o prostíbulos del Vraem», se escucha.
El audio no deja ninguna duda que, utilizando un discurso contra la prostitución, el alcoholismo y homosexuales, miembros del narcoclan Quispe Palomino mal autodenominado Militarizado Partido Comunista del Perú ejecutaron la masacre de 16 personas.
Así, por tercera vez en una campaña electoral ad portas de la segunda vuelta, está organización criminal del narcotráfico arropado de «comunista», perpetra un acto de «terrorismo» para beneficiar al fujimorismo.
Está vez no fue una emboscada a una patrulla militar como el 4 de junio del 2011, a pocas horas de la segunda vuelta, que dejó cinco soldados abatidos o a un convoy militar como fue del 9 de abril del 2016, que dejó 10 muertos (8 militares y 2 civiles).
No fue así. Está vez fue con una masacre con un número de muertos, incluído dos menores, que evoca los 80 e inicios de los 90, llevado a cabo por tres miembros que no vestían como lo hacen normalmente (polo azul marino, pantalón negro y botas cortas).
Que no quede ninguna duda que, cómo en el junio de 2011 y abril de 2016, ese es el «aporte» de «terrorismo» de esa narco-organización que el narcofujimorismo necesitaba con suma urgencia para revertir las tendencias de las preferencias ciudadanas.
Por otro lado, esa macabra masacre y las advertencias «moralistas» que han dejado a los dueños de los bares, muestra que el narcoclan Quispe Palomino actúa con el modus operandi de los sicarios de organizaciones criminales del narcotráfico mexicano o brasileño.
En definitiva, también queda claro, que esa organización ya no es Sendero Luminoso (SL), sino una estructura armada del narcotráfico. Han tenido que pasar de los asesinatos selectivos a los «soplones» a una cruel masacre para beneficiar al principal narcopartido del Perú: Fuerza Popular.
Jaime Antezana Rivera