La candidata a la presidencia Keiko Fujimori cambió radicalmente su itinerario y, en lugar de arribar a tierras altiplánicas, prefirió irse al norte, concretamente a Trujillo, en la Libertad donde tiene menor rechazo del electorado.
Medios de comunicación de esa región reportaron su llegada cerca al mediodía y, a diferencia de lo que pasó en Cuzco, sí logró llevar a cabo un mitin con buena cantidad de seguidores.
Mientras ella se daba un baño de popularidad en el norte, en Puno, uno de sus operadores, Rómulo Mucho, era reprochado en las calles. Los puneños no le perdonaron sumarse al equipo de Keiko y le hicieron pasar un amargo momento en el centro de la ciudad de Lago.
Este hecho indica claramente el grave riesgo político que corría la candidata si repetía su amarga experiencia en Cuzco.
Otra mala señal a los fujimoristas fueron las pintas que colocaron sobre sus pinturas electorales. La imagen es elocuente:
LA “BARAJEARON”
En la víspera, Nano Guerra el hombre que siempre llega antes que la candidata a los lugares donde se deben realizar actividades proselitistas dijo que su líder probablemente llegue a Puno, la próxima semana.
Guerra se encargó de organizar una conferencia de prensa donde se presentó junto a Rómulo Mucho. No les quedó más que intentar negar a como dé lugar una huída de Keiko y, en cambio, aseguraron que ellos solo estaban para preparar terreno para la próxima semana.
Esto se da a poco del debate presidencial donde, con ayuda de los medios de comunicación capitalinos y las encuestadoras, Keiko espera revertir su situación electoral, según se han expresado varios analistas políticos.